El “Barrio Rawson” tiene apenas algunas manzanas de extensión y es un triángulo delimitado por las calles Cortázar (que antes se llamaba Espinoza), Tinogasta y Zamudio, muy cerca de la Avenida San Martín, el Club Comunicaciones y la Facultad de Agronomía.
Se trata de un par de manzanas de lo mas tranquilas a las que pareciera no llegar el ritmo ajetreado de la ciudad.
Es un conjunto de
viviendas construido en el barrio de Agronomía y es
considerado uno de los barrios no oficiales que no se encuentran entre
los 48 reglamentados en 1972.
Denominado con este nombre en honor al doctor Guillermo Rawson, eximio en la
medicina e impulsor del higienismo en los hospitales.
Estuvo compuesto originalmente por dos sectores diferenciados : por un lado, un conjunto de 9 edificios de departamentos de planta baja y 3 pisos altos distribuidos dentro de un parque. Por el otro, 104 casas individuales de estilo ingles sobre un trazado de pasajes en una superficie de contorno triangular, entre las calles Julio Cortázar (antes Espinosa), Tinogasta y Zamudio
Este barrio es un área de Protección Histórica y por lo tanto está prohibido demoler o modificar la fachada de las casas, lo cual permite mantener el espíritu del barrio, a pesar del paso del tiempo, tal cual era hace ochenta años.
La mayoria de las casas conservan todavia su fachada original , con sus ventanas y celosias en verde oscuro
Las muchas
referencias del Rawson en sus novelas y cuentos confirman que fue un espacio
creativo para él. En su habitación de un departamento del tercer piso del
pabellón 1, ubicado en la calle Artigas 3246, nació uno de sus cuentos más
famosos, Casa Tomada, publicado por primera vez en el periódico
literario Los Anales de Buenos Aires, que por ese entonces dirigía Jorge
Luis Borges.
Sus calles tienen algunas singularidades, encontramos gatos por todos lados ... también hay una rayuela dibujada en el asfalto que invita al juego, la pequeña biblioteca "La Maga" al aire libre en la que cualquiera puede llevarse un libro gratuitamente pero dejar otro, la plazoleta Carlos de la Púa y por supuesto también está la cafetería Rayuela, claro esta , en homenaje a una de las más famosas novelas de Cortázar.
En este barrio rodeado de arboles y flores no llegan los ruidos de la ciudad. Quienes recorren sus calles pueden darse cuenta que el Rawson tiene alma propia. A unos pocos pasos de la Avenida San Martín ya no se oyen los ruidos de los autos ni el murmullo de los transeúntes, y uno se transporta a un barrio agradable, tranquilo, arbolado, donde todos los vecinos se conocen y se saludan.
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