Caminar descalzo es una práctica ancestral que ofrece numerosos beneficios para la salud y el bienestar. Durante años, los seres humanos hemos estado conectados con el suelo y la naturaleza; sin embargo la vida urbana y el aumento en el uso cotidiano de zapatos han reducido este contacto natural.
El
Grounding es una práctica que nos invita a regresar a la tierra para encontrar
calma y relajación, se trata de una técnica terapéutica que se centra en entrar
en contacto con la energía de la tierra a través de nuestros pies.
Esta
práctica está basada en la teoría de que las cargas eléctricas de la Tierra pueden
tener un impacto positivo en el cuerpo, la salud y el estado de ánimo. Sentir
el pasto, la tierra o la arena entre los dedos de los pies genera diferentes
sensaciones en nuestro cuerpo asociadas a liberar tensiones.
Según
expertos, los seres humanos somos seres eléctricos y actuamos como
antenas, ya que somos capaces de emitir y captar energía, el desequilibrio
entre iones positivos y negativos hace que nos sintamos cansados y con poca
energía (pérdida de electrones) y por lo tanto con una falta de conexión con la
tierra.
Las
causas pueden ser: la contaminación del aire, lo que comemos, los
productos que utilizamos, y también cómo manejamos nuestras emociones y el
estrés. En los espacios interiores con muchos dispositivos electrónicos y sin
buena ventilación, la cantidad de electrones en el ambiente suele ser muy
baja o casi nula.
Al
pisar la tierra descalzo, electrones fluyen del suelo hacia tu cuerpo a través de
tus pies (los zapatos crean una barrera que bloquea flujo de electrones
tierra-cuerpo) .
Conectado a la tierra, tu cuerpo se satura de electrones a una velocidad incalculable y el efecto de esos electrones en tu cuerpo es increíble los glóbulos rojos comienzan a repelerse entre sí, evitando que se aglutinen, la viscosidad de la sangre baja, facilitando que tu corazón bombee sangre, la presión arterial baja y los problemas cardiovasculares desaparecen; también reduce la inflamación y el estrés.
Lo
más adecuado es caminar descalzo por arena, pasto, hierba o tierra, pero
también ladrillos y cerámicos, ya que todos ellos son buenos conductores. Mismo
andar por la orilla del mar, cerca o dentro del agua, porque además, el agua
salada en un buen conductor. Sin embargo, el asfalto, la madera, el
plástico o el vinilo, al ser aislantes, no son adecuados.
Conectar
directamente con la tierra puede transformar tu vida ya que:
Andar descalzo han visto que el alivia la inflamación en todo el cuerpo la cual es el origen de enfermedades como la diabetes, el asma, el alzhéimer, la artritis, y muchas dolencias cardíacas.
Mejora
la calidad del sueño: La practica regular puede ayudar a regular los ciclos de
sueño, al reducir el estrés y mejorar la relajación general.
Mejora
la circulación: Estimula los puntos de presión en tus pies, promoviendo un
mejor flujo sanguíneo y fortaleciendo el sistema cardiovascular.
Ayuda
a fortalecer los músculos de los pies, tobillos y piernas, lo que mejora el
equilibrio, la postura y la estabilidad.
Mejora
el estado de ánimo: Caminar descalzo en superficies naturales ayuda a reducir
los niveles de cortisol, lo que disminuye el estrés y mejora el estado de ánimo.
Aumenta el nivel de energía.
Alivia
el dolor y la inflamación: La conexión directa con la tierra disminuye la
inflamación y el dolor en los pies y otras áreas del cuerpo, favoreciendo una
recuperación más rápida.
Promueve
una mejor conexión con la naturaleza: Caminar descalzo te permite experimentar
la tierra bajo tus pies, lo que fomenta la sensación de conexión con el entorno
natural y promueve la relajación mental.
Incorpora
este simple hábito en tu rutina diaria y siente como revitaliza tu cuerpo y
mente ; y seguramente tus pies te lo agradecerán!
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