Los equinoccios son eventos astronómicos que suceden cada seis meses, en marzo y en septiembre. Su nombre proviene del latín ‘aequinoctium’, que significa “noche igual”.
Durante el equinoccio, el Sol se posa directamente sobre el Ecuador y es así que ese día coincide la cantidad de horas de luz y de oscuridad en todo el planeta. Así, esa noche y ese día llegarán a tener la misma duración: unas doce horas.
Para
la interpretación astrológica, el equinoccio marca el equilibrio entre
luces y sombras e indica también que nos encontramos en la mitad del año
astrológico y que el Sol ha recorrido la mitad de la rueda zodiacal.
Este
año 2024, la primavera comienza el domingo 22 de
septiembre a las 09:43 (hora de Argentina). En el hemisferio norte, por su
parte, comienza el otoño.
A
partir de este equinoccio, entraremos en las estaciones
de florecimiento y de preparación en todo sentido: arranca la
temporada de renovarse y de disponerse a terminar lo que queda del año con la
mejor energía, nos animan a resurgir, reinventarnos y a
aceptar nuevos comienzos
Se
inicia, también, el tiempo en el que nuestra mente busca promover
el bienestar total tanto con nuestro entorno como en nuestro más
profundo interior.
El siguiente suceso fuerte será el último eclipse del año: un eclipse solar anular en simultáneo con la Luna nueva en Libra que se perfeccionará el 2 de octubre de 2024.
Será
muy llamativo porque producirá lo que se conoce como el “anillo de
fuego” y será visible en el sur de la Argentina y Chile.
Las
estaciones nos recuerdan que nada es permanente, que los cambios y los
movimientos son parte de un ciclo, y que todo aquello que se percibe permanente
pronto va a ceder.
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